POV de Rodrigo
No tenía intención de detenerme tan bruscamente, pero algo en el pasillo obligó a hacerlo. Un ruido, una sombra… o fue sólo una excusa. Lo cierto es que sentir a Ofelia chocar contra mí, me hizo estremecer, como si el contacto hubiera sido mucho más profundo que un simple tropiezo.
—¿Te lastimaste? —le pregunto, girándome con rapidez. El tono de su voz reflejaba asombro, y eso me alivia.
—No, no, estoy bien. Sólo me pisaste —dice, en un tono de voz que cambia de asombro a juguetón.
No sabía que estaba tan cerca. O quizás sí, pero no quería admitirlo.
—Disculpa, es que no sabía que te tenía tan cerca.
Ella responde con una broma, algo sobre que yo quiero deshacerme de ella. Nada más lejos de la verdad. La miro a los ojos y, sin pensarlo, levanto su barbilla con cuidado. Su piel es cálida, suave, y su cercanía me atrae como un imán.
—Eso nunca… jamás podría hacerte daño —le digo, con toda la verdad que había en mí.
En ese momento, ya no importa lo que había