POV Ofelia

Sus brazos me envuelven con violencia y, antes de que pueda reaccionar, me levanta. Mis piernas rodean su cintura por instinto mientras me sienta sobre su escritorio, apartando todo a su paso.

Se acomoda entre mis piernas y me besa otra vez, esta vez más lento, como si quisiera aumentar mi ansiedad ralentizando lo que está por suceder y torturarme. Sus manos ascienden por mis muslos con pasión desenfrenada. Siento su aliento en mi cuello, en mi clavícula; apenas puedo apretar mis labios para contener ese gemido que no sólo delataría mi vulnerabilidad sino que me dejaría en evidencia frente a él.

Mi vestido se tensa cuando con sus dedos lo arrastra sobre mis piernas con rudeza, y escucho el pequeño desgarro en la abertura lateral. Aunque me parece una acción salvaje de su parte, me quedo callada, sin decirle o reclamar nada.

Simplemente no quiero interrumpir lo que hace, no quiero que se detenga, quiero que continúe tocándome, haciéndome arder desde dentro.

Le abro