POV Rodrigo.
Luego de aquel encuentro, siento cómo la seguridad regresa a mí. Como si el cuerpo de Ofelia, rendido al mío, hubiese sido suficiente para volver a creer en ella e incluso en mí, mismo. Ella me regresa la confianza y nuevamente decido apostar por lo que ambos sentimos, algo que es más que el deseo, que las dudas. Amor lo llaman.
Ella debe amarme más de lo que llegué a pensar. Se ha arriesgado para venir a verme… aun sabiendo que su esposo está aquí. Y eso más que una prueba de valentía, es una prueba irrefutable de lo que es el amor verdadero.
Termino de limpiar el escritorio con una servilleta, mi mente se mantiene flotando en el recuerdo de sus labios. Sonrió como tonto, lo sé. Pero ella, provoca eso y más en mí.
Repentinamente oigo pasos que se acercan. ¿Será ella que ha regresado? Dejo lo que estoy haciendo por un segundo, pienso en salir a su encuentro, pero algo me detiene. Escucho la voz de Marcelo, firme y serena:
—¿A dónde se dirige Felipe? —interroga.