82. Te amo
Fue una velada maravillosa, rieron sin parar y nunca hubo espacio para el silencio, al contrario, hablaron de todo y nada y se mostraron relajados, viviendo el presente, ajenos a cualquier diferencia o problema que hubiese existido en el pasado.
Incluso bailaron.
— Gracias por aceptar mi invitación a cenar — le dijo él, en algún punto de la noche. Sabía que pronto volverían a la ciudad. Tomó sus manos entre las suyas. Ella lo miraba a los ojos — Y no quiero presionarte respecto a nosotros, pero de verdad no puedo guardarme más lo que siento.
Ella parpadeó.
— ¿Lo… qué sientes?
Él asintió.
— Te amo, An — confesó abiertamente, sin reservas, provocando que el corazón de Ana Paula se saltara un latido —. Y jamás le he dicho esto a otra mujer. Tú eres la primera y única. Sé que no volveré a sentir esto por nadie más.
— Santos, yo…
— No digas nada ahora — le pidió con cariño —. No te traje aquí para esto. Solo… necesitaba que supieras que estoy dispuesto a redimirme toda la vida por t