Camila se puso nerviosa y me agarró del brazo.
En ese momento Mateo ya se había detenido y se dio la vuelta para mirarme con seriedad:
—¿Qué pasa?
Con la espalda hacia él, Camila me fulminó con la mirada.
Yo le lancé una sonrisa burlona y le dije a Mateo:
—Camila dice que, como ahora está con Carlos, tú estás celoso y por eso eres más serio con ella que antes…
—¡No! ¡Yo no dije eso! —Camila se giró rápido, tratando de justificarse.
—¡Es ella la que inventa!
—¿Cómo que no? Eso me lo acabas de decir tú misma. Además, que Mateo esté celoso por ti es algo que presumir, ¿por qué lo niegas?
Camila se quedó impactada, mirándome con odio.
Verla así era hermoso.
Pero la satisfacción me duró poco, porque Mateo dijo en voz baja:
—Entonces, ¿me detuviste solo para esto?
Me quedé un par de segundos en silencio, luego le sonreí:
—Camila asegura que sigue siendo la persona que más te importa, pero también me confesó que no te quiere, que ella ama a Carlos. Y yo, que soy buena gente, no soporto ver a