Dije que no, pensando en hacer que Valerie también mirara a Camila, para que viera con sus propios ojos esa sonrisa siniestra y se mantuviera alerta.
Pero cuando le indiqué que mirara hacia allá, Camila ya estaba tranquila, conversando con Carlos como si nada hubiera pasado.
Parecía que la escena de antes solo había sido una ilusión mía.
Valerie, creyendo que quería hablarle de Carlos y Camila, sonrió y me dijo:
—Tranquila, Aurorita, hace mucho que lo superé. Para mí, Carlos ya no significa nada, es solo un desconocido. Así que no te preocupes, no voy a volver a hacer tonterías por él.
Justo en ese momento, Alan la oyó y sonrió.
Con cierto aire posesivo, se acercó a ella y se inclinó para besarla.
Había mucha gente alrededor, así que Valerie se puso roja y lo empujó con la mano.
Luego me tomó del brazo y me arrastró hacia la pista de baile.
En cuanto empezamos, Alan y Samuel también se unieron.
Que Alan viniera no me sorprendió, él siempre estaba pegado a Valerie y no quería que nadie