Yestin se detiene mirando de reojo al hombre. Sorprendida por la semejante declaración que le ha hecho. Abriendo ligeramente la boca.
Castiel ve a esa linda dama y esos labios entreabiertos fueron suficientes para cautivarlo y provocarlo. Haciéndola más deseosa para el.
Lo que, sin poder contenerse, se aproxima a ella con la intención de besarla. Yestin, al notar lo que está por hacer, suelta a Castiel y, al ya no sentir ese soporte que lo mantenía de pie, cae al piso de nuevo.
—¡Ay! —grita al caer sobre su trasero.
—Iba a besarme —protesta Yestin.
Mientras mira al hombre tirado en el piso sobando uno de sus codos. Que se ha golpeado contra el asfalto debido a la caída.
—¿Tan terrible es la idea? —preguntó Castiel. Queriendo saber lo que piensa esa mujer. Porque nunca antes lo habían rechazado de tal manera.
—No es tan terrible, pero no me beso con desconocidos, aunque sean extremadamente atractivos —menciona con sinceridad Yestin. Cruzándose de brazos.
—¿Te pa