Capítulo 37 Él solo quiere una explicación clara.
Raina revisó varias veces los documentos que había preparado, pero no encontró el que Felipe pedía. Estaba segura de haberlo guardado en la carpeta correcta, ¿cómo era posible que no apareciera?
—Navas, ¿además de mí, alguien más revisó estos documentos? —preguntó Raina.
Él apartó la mirada, nervioso.
—Solo yo… nadie más.
—¿Y está seguro de que no lo encontró? —Los ojos claros de Raina parecían acorralarlo.
Aunque normalmente en el trabajo era cercana y amable, no por eso dejaba de tener autoridad.
Felipe evitó mirarla. En ese momento, la puerta de la oficina se abrió y entró Noel. Felipe lo miró de reojo y salió inmediatamente.
Raina entendió todo al instante: el documento no se había perdido, era una trampa de Noel para obligarla a venir.
Su mano, que estaba apoyada en el escritorio, se retiró molesta. Se giró con intención de irse.
—Raina —Noel extendió la mano para detenerla, pero ella se hizo a un lado, esquivándolo.
Al verla con esa actitud tan distante, el dolor en la voz de Noe