Aria recargó su cuerpo sobre la puerta, pero inmediatamente sus ojos se anegaron de lágrimas, se dio cuenta que la decisión tomada había sido la incorrecta. Respiró hondo, y se reincorporó para salir a buscarlo, tenía que dejar de huir de lo que le dolía. Abrió la puerta y salió rápido con la esperanza de encontrar a Demian fuera, todavía.
—¡Demian, espera!, no te vayas
El actor estaba a punto de subir a su vehículo y con la puerta sostenida por su mana, giró hacia ella.
—¿Qué pasó? —pidió él enseguida, caminando hacia ella.
Aria levantó la mano para frenarlo.
—Aún no te acerques —sonó más imperativa de lo que quería—. Estuvo Julian en el bar, ¿tú le dijiste donde trabajaba?
—No, claro que no —espetó molesto—. Pero si reaccionas así asumo que no fue solo como cliente.
—No —expresó tajante, con la voz casi ronca—. Me dijo que me cuide de ti, que no me fie de quien eres, que escondes cosas, y que realmente yo no se quien eres…
Demian se endureció al instante.
—¿Y tú le creíste? —pregunt