Mundo de ficçãoIniciar sessãoEl auto se detuvo frente al Hotel Meridian Coast, y la luz roja del letrero se reflejó en el parabrisas. Aria no abrió la puerta enseguida. Demian también permaneció quieto, como si ambos intentaran estirar lo más posible lo que sentían. Todavía estaban envueltos en el eco del beso que habían compartido unos momentos antes, tan intenso que les había dejado el corazón golpeándoles contra las costillas.
Aria giró el rostro hacia él, con esa mezcla de timidez nueva y confianza que venía descubriendo desde que lo dejaba entrar más y más.
—¿Te quedas? —preguntó en voz baja—. Me gustaría tenerte cerca hasta que termine el turno y vol







