Punto de Vista de Carla
Ayudé con los heridos porque el hospital necesitaba ser más grande. Con un ataque como este funcionábamos por encima de la capacidad, había incluso camas en los pasillos con machos jóvenes recién llegados a la mayoría de edad que gritaban de dolor. No teníamos suficientes doctores ni enfermeras; habíamos logrado sobrevivir a duras penas una batalla solo para enfrentar otra.
Corrí por todo el hospital buscando vendajes que ayudaran a detener la sangre que brotaba de tantas heridas. El ataque del alfa había sido ejecutado magistralmente, y si volvían a atacar, no tendríamos la menor posibilidad de conservar nuestras tierras.
Mi padre me encontró en el hospital mientras Salomón me ayudaba a reacomodar los huesos dislocados de una loba. Su aura era oscura y espesa, su ira sofocaba la atmósfera del centro médico que ya luchaba por crear un ambiente pacífico para la recuperación. La mayoría de los heridos se recuperarían bien una vez que cesara la hemorragia y los hue