—Te dije que era demasiado joven para ti antes, aquí... cuando tenía 16 años... luego en la cabaña. —Mis ojos se dirigieron al suelo.
—¿Fuiste tú? Mierda... no tenía idea. —Sus ojos se ensancharon de sorpresa. Al menos me recordaba entre sus muchas conquistas, estaba segura de que me había tenido. Tenía una década más que yo en andar de cama en cama.
—Fue mi primer beso. —Volví a mirarlo a través de mis pestañas, el recuerdo de nuestro primer beso despertando.
Se sentía como otra vida.
—Entonces tengo razón... —comenzó pero se detuvo, dejando su frase incompleta.
—¿Qué es eso? —insistí.
—... estos labios me pertenecen —afirmó con un hambre en su voz antes de que sus labios se estrellaran contra los míos, mi cuerpo ardiendo con una carga completa de energía frenética mientras mis manos se aferraban a su nuca antes de moverse a través de su cabello y tirar de las puntas. Gruñó por mis acciones antes de profundizar aún más el beso, su lengua entró en mi boca y saboreó cada centímetro de m