Capítulo 60. Parte 4
Antonella:
Abro la boca ligeramente, mirando el desastre que he dejado, y por un instante intento recordar el nombre de ese hombre.
—¿Bruno? ¿Quién es Bruno? Ah, sí… Bruno… así se llama Solcito —Cinnia me mira como si el golpe me hubiera hecho perder la memoria, y la verdad es que hace tiempo olvidé el nombre de ese hombre—. ¡Dios! Todo es mi culpa… Diego irá a la cárcel por salvarme. Él no se merece estar con una mujer tan bruta… no se lo merece.
La última palabra la digo en un susurro. Espero que Diego no me abandone; no podría vivir sin él. Si no me deja, prometo visitarlo en la cárcel. Sería lo menos que podría hacer por él.
—Tranquila, Diego no irá a la cárcel. Le dieron una fianza y ya viene para acá. Además, después de que salgas de aquí, tú irás a presentar cargos, y no creo que a Bruno le convenga. En realidad, creo que Solcito levantará los cargos si tú no lo denuncias.
—¿Tú crees? —pregunto, intentando tranquilizarme.
—Sí, tranquila… ¿de acuerdo? Además, no le conviene tene