Capítulo 60. Parte 3
Diego:
Ruedo los ojos mientras me quitan las esposas y corro hacia Antonella. Le tomo el pulso: está débil. Su rostro amoratado me enciende la rabia; siento unas ganas incontenibles de volver a golpear a Bruno. Fui demasiado blando con él. No quise aprovecharme de su inferioridad física, pero ahora me arrepiento.
Por suerte, la ambulancia llega pronto. Los paramédicos siguen mis indicaciones sin rechistar y la trasladan al hospital. Cinnia la acompaña, mientras Enzo me escolta a la estación de policía. Durante el trayecto, él llama a mi abogada. Bruno también viaja con nosotros: quiere presentar cargos en mi contra. Qué ironía. Todo esto es absurdo. Solo quiero salir de aquí para ver a Antonella, asegurarme de que está bien, de que nuestros hijos siguen a salvo.
Nunca olvidaré lo que hizo. Y algún día, se arrepentirá de haberla tocado.
Antonella:
Abro los ojos lentamente. Lo primero que siento es un dolor punzante en la cabeza, seguido de otro en la mejilla.
«¡Perfecto: dos por uno!»