Capítulo 46. Parte 2
Diego:
Marcus no para de llorar; intento consolarlo, pero el miedo y el dolor no le permiten calmarse. Lo comprendo: estaba pasando un día muy agradable, y terminó de esta manera. Mientras logro tranquilizarlo un poco, me doy cuenta de que Antonella no maneja, ni siquiera tiene un auto, y le entregué las llaves, así que no sé cómo terminará el día.
—¡Quiero ver a mamá! —escucho de pronto, y pienso que es más sensato entregarle las llaves del auto a Antonella, que no maneja, que llamar a Ambra.
—Tranquilo, quiero que te quedes quieto y no hables, por favor —digo, tratando de calmarlo.
—¡Pero quiero a mamá! —grita Marcus, moviéndose en la camilla. Decido concederle lo que pide, aunque sé que será complicado.
—¡Está bien! —exclamo, anticipando que me arrepentiré—. Pero necesito que te tranquilices. Apenas lleguemos al hospital, la llamaré.
La ambulancia se detiene. Le doy un beso en la frente a Marcus antes de salir del vehículo, dejando que los paramédicos bajen la camilla. Sonrío para