Capítulo 18. Parte 1
Diego:
Con Antonella nos juntamos los días siguientes en el mismo motel, y podría asegurar que, cada vez está más desinhibida. Nuestros encuentros no solo son sexuales, como debería ser en una pareja de amantes, ya que aprovechamos la clandestinidad de nuestra habitación para conversar, reírnos de anécdotas, algo que me sorprende, pues no creí que esta relación sería así. Lo único que no está en nuestras charlas diarias, y lo agradezco, son nuestras parejas, ellos no están presentes, aunque desearía saber por qué ella engaña a su marido. Mi caso está más que claro, Ambra se ha encargado a pulso de quebrar nuestro matrimonio. Mi esposa siempre creyó que con sexo podía tenerme amarrado, aunque en una época fue así, pero reaccioné, me di cuenta de que ya no la amaba. Sin proponérselo, poco a poco mató este sentimiento con su forma de ser, y así empecé a verla distinta. Dios es testigo de que luché para que mi matrimonio saliera a flote, hice miles de cosas para que cambiara; no obstante,