Capítulo 15. Parte 4
Diego:
Su mirada de asombro me da pie para ponerla de espaldas en la cama, besando su cuello mientras afirmo sus manos, alegrándome de escuchar que se ríe con diversión.
—-¡Así es señorita! La quiero conmigo el resto de la tarde.
—Es que debo decirte algo —comenta, sin dejar de reír—. Hay un problema...
—¿Qué será? —interrogo, pues su cara de diversión no se asemeja a un problema.
—Esas camisas... —titubea—. Necesito saber el costo, porque Bruno es un tacaño —confiesa.
Suelto una risotada al escucharla, puesto que la tienda donde he comprado las camisas es exclusiva, sin embargo, me importaría muy poco tener que poner de mi dinero con tal de tener a Antonella a mi lado.
—Creo que tendré que costearlas yo —confieso, viendo una mueca de horror de parte de Antonella—. ¡Hey! No me mires así, está decidido, no dejaré que te vayas de esta habitación solo porque al tacaño de tu esposo se le ocurrió que te fueras a las rebajas.
—Pero...
—¡Pero nada! —interrumpo—. Ya está decidido, y si él ve