Sombras entre muros (2da. Parte)
Dos días después
Málaga
Iván
Después de caer al fondo entendí la actitud de mi madre al no revelar la verdad de ese pasado doloroso que la unía a la familia Del Valle. Quizás solo buscaba protegerme de mí mismo, de mi sed de venganza. Pero lo comprendí demasiado tarde. Las palabras de rabia y dolor de Camila me estrujaron el corazón. No podía callar, no podía ser tan cobarde negando la realidad… le había mentido. Y aunque le repetí que mi amor era verdadero, ella solo veía el engaño.
Fue devastador encontrarme con esa mirada suya, llena de rabia, de miedo, en lugar de amor. Y lo único que me quedaba era sincerarme. Soltarlo todo, aun sabiendo que dudaba de mis palabras, de nuestro vínculo. En ese punto ya no sabía si ser un Del Valle era un castigo o una ironía del destino. Aun así, lo único que podía hacer era pedirle perdón, abrirle los ojos sobre el verdadero enemigo y rogarle que no me privara de mi hijo.
El silencio se alargó como un punto muerto entre su corazón y su cabeza. El