Secretos del pasado (1era. Parte)
El mismo día
Málaga
Iván
No pude apuñalar mi corazón. No pude dejar ir a Camila. Verla tan decidida a enterrar lo nuestro fue como despertar de golpe y entender que mi venganza no valía la pena; si perdía a la mujer que amaba, me condenaría a una vida miserable, llena de odio y vacío.
Aunque juré no lastimarla, no tenía certezas de hasta dónde podía evitar que sufriera por amarme. Ramiro estaba agazapado en la sombra, esperando su momento para destruirme, y por eso era vital quitarle poder, desterrarlo del imperio de los Del Valle antes de que fuera demasiado tarde.
Y en medio de esas contradicciones, volví a fundirme con ella. Besos robados, caricias desesperadas, miradas ardientes… una sinfonía de jadeos y gemidos llenaba la habitación, confirmando que estaba perdido de amor por Camila. Pero lo mejor no fueron los besos ni el calor de su piel; fue escuchar ese “te amo” tembloroso salir de su boca.
Mi corazón seguía latiendo acelerado, piel contra piel, mis ojos clavados en los suyos