**ANDREA**
Después de la boda vino nuestra luna de miel.
Y no quise que fuera cualquier lugar. Quería algo más que un destino bonito en las fotos o un resort con pétalos en la cama. Quería que significara algo para nosotros. Así que le dije a Santiago que quería volver a París.
No fue una decisión al azar. París fue donde comencé a entender que el amor verdadero no siempre es perfecto. Y ahora, con una nueva vida creciendo dentro de mí, sentía que era el lugar ideal para comenzar este nuevo capítulo.
Santiago no lo dudó ni un segundo. Me abrazó, me besó la frente, y me prometió que París esta vez no nos vería llorar, sino reír.
Apenas salimos del aeropuerto, un aire distinto me envolvió. Tomamos un taxi, y durante el trayecto, no podía dejar de mirar por la ventana como si fuera una niña descubriendo el mundo por primera vez. Las calles, los cafés, los balcones florecidos… todo me parecía sacado de una postal viva.
Cuando bajamos del taxi, Santiago me tomó de la mano. Sus dedos se ent