- ¿Verdad que es hermoso?.- Federico preguntó embelesado con cara soñadora.
- Si tú lo dices...- Rosario le extendió el celular, con una mueca en su rostro.
Adhara no pudo evitar soltar una risita, aunque a diferencia de su compañera, prefirió guardar su opinión, aunque no era diferente a la de Rosario, porque ¿Qué podría tener de hermoso un perro que más parece una rata?.
- ¡No te permito que insultes a mi bebé!.- Federico la fulminó con la mirada.
- ¡Pero si no he dicho nada!.- La latina lo miró ofendida.
- Tus ojos lo dicen todo.- Federico le dió la espalda y alzó su mentón indignado.
Adhara negó con la cabeza divertida al ver que esos dos, siempre encontraban algo por lo cuál discutir.
Hoy había sido el turno del pequeño perro chihuahua que Federico había adoptado y cuya fotografía, no tardó en presumir.
Seguramente al día siguiente encontrarían algo más en lo que no estarían de acuerdo y nuevamente comenzarían a discutir.
La pelinegra tomó un trapo y un bote de desinfectante y ab