El celular de Enzo vibró en su mano, anunciando la llegada del mensaje de Maximiliano. Sin perder tiempo, deslizó el dedo por la pantalla y abrió el archivo adjunto: un mapa detallado con las rutas posibles que Diego podría utilizar para atacar o escapar.
— Aquí está — dijo, levantando la vista hacia los hombres reunidos en la oficina de Guevara.
Emilio, Alan, Joel, Facundo y Andrés se acercaron para observar la información. Enzo amplió el mapa sobre la mesa, señalando con el dedo los puntos clave.
— Diego tiene tres opciones — explicó Enzo, con voz firme—. Esta primera ruta lo llevaría hacia la carretera principal, pero es riesgosa para él porque está demasiado expuesta. Si piensa con lógica, la descartará.
Emilio asintió, cruzándose de brazos.
— Entonces nos quedan dos opciones más.
— Exacto. La segunda ruta es más discreta — continuó Enzo—. Un camino rural que lo sacaría de la ciudad sin ser visto. Si intenta escabullirse después de atacar, es probable que lo use.
— ¿Y la tercera?