KAESAR:
Una sonrisa fría se dibujó en mis labios. Así que el cobarde prefiere jugar sucio. Tomé la mano de mi Luna, y juntos pronunciamos un nuevo sortilegio que habíamos aprendido. Por primera vez, decidimos anunciar al mundo sobrenatural que estábamos juntos y que íbamos contra ellos. Pero lo más importante: éramos más poderosos que ellos. Podíamos proteger a los nuestros y devolver el ataque con la misma fiereza, o incluso peor.
El aire se electrificó a nuestro alrededor mientras el sortilegio tomaba forma. La energía fluía entre nosotros como un río plateado, alimentándose de nuestra conexión y del poder ancestral que corría por nuestras venas. —¡Ahora! —grité, y nuestras voces se fundieron en una sola mientras el hechizo se liberaba. Una onda expansiva de luz plateada brotó de nue