147. UN NUEVO PROBLEMA
KAELA:
Después de que terminó la reunión, dejé a Kaesar con su beta y me dirigí a la cabaña que me habían asignado junto a mi beta Rouf, su hijo Ancel y Nina. Ella seguía detrás de nosotros como una sombra, al lado de Ilán, el omega de Otar, que, extrañamente, no había ido con él. No dije nada; tal vez solo me estaba cuidando.
—Mi Luna, el consejo de nuestra manada quiere reunirse —dijo Rouf con voz cautelosa.
Me giré para verlo con incredulidad, incapaz de ocultar la sorpresa y la ligera molestia que sus palabras me provocaron.
—Rouf, ¿a qué te refieres con "nuestra manada"? —pregunté, con seriedad en mi tono y los ojos fijos en él—. ¿Están todos los antiguos? ¿Le avisaron a Kaesar?
Lo vi bajar la mirada, como si lo que iba a responder ya llevara un peso que no quería cargar.
—Bueno, mi Luna, me refiero a los antiguos de nuestra antigua manada —respondió con cierto titubeo, pero con voz baja y respetuosa—. Lo sé, mi Luna, pero ellos siguen insistiendo. Es que los antiguos d