Melissa no sabía qué sentir exactamente cuándo lo vio llegar al otro día. Ya todos estaban preparándose para salir, y ella estaba acomodando el velo de Daniela, cuando se asomó por la ventana y lo vio hablando con Víctor.
Su garganta se secó enseguida, pero solo faltaban minutos para la ceremonia, y no podía saludarlo como quería en este momento.
—¿Estás lista? —ella le preguntó a Daniela, y ambas caminaron rumbo a la salida.
Los mellizos encabezaron la caminata, mientras ella se puso de gancho con Dani porque así lo había planeado, pero cuando Bruno se giró para mirarla, y escanearla de pies a cabeza, Melissa no supo si estaba más nerviosa que la misma Daniela.
Luchó con sus fuerzas para mantenerse serena y forjar una sonrisa, caminó con Daniela entregándosela a Víctor, y luego se arrimó con los niños, para sentarse junto a su hermano.
Detalló a Bruno, su traje playero, y la sonrisa que tenía al ver a su amigo en la boda. Entonces se concentró en la ceremonia, aunque siempre Bruno le