Carlos
Después de tener toda la información a mi disposición sobre sus padres, esperé a que se hiciera de noche. A las 2 de la mañana en punto, entré en su habitación.
Ella se había quedado dormida. Me detuve a mirarla dormir, luego la levanté suavemente para llevarla al sótano. Al llegar allí, la ataqué, luego la desperté con un gran balde de agua. Ella se despertó de un salto. - ¿Qué está pasando? ¿Dónde estoy? ¿Quién eres tú?
Todo el sótano estaba oscuro, había una linterna en mi mano que dirigí hacia su rostro. No veía nada, excepto la luz de la linterna.
- Buenas noches, hermosa, espero que hayas descansado bien. ¿Has pensado en mi propuesta?
- ¡Pero estás loco! ¡Estás enfermo! No puedes secuestrar a alguien en plena noche para preguntar si la persona quiere estar contigo.
Agarro su mandíbula y la aprieto con fuerza.
- Mírame bien, hermosa, tú decides. O aceptas estar conmigo, ser mi sumisa, ser mi esclava 24 horas al día, o mato a tus padres. Le muestro el video de sus padres durmiendo en su habitación. ¿Ves? Sé dónde están. Pueden morir hoy mismo en este instante, así que elige, es un sí o es un no.
Ella comienza a llorar.
- ¿Por qué haces esto? ¿Por qué? Ayer eras amable, ¿por qué eres tan cruel hoy?
- No soy cruel, hermosa, sé lo que quiero y te quiero a ti, así que es un sí o es un no.
Ella sigue llorando. Me duele el corazón, pero tiene que pasar por esto.
- No tienes toda la noche, así que es un sí o es un no.
- Es un sí, acepto tu propuesta.
- Muy bien, no es demasiado pronto.
La desato y la tomo en mis brazos, su pecho se encuentra pegado al mío, y siento ese calor que es tan indescriptible. Me lanzo sobre sus labios, la beso bruscamente, devoro literalmente su boca; cuando me retiro, la miro, está toda roja, me mira aterrorizada. Ahora eres mía, eres mi pequeña esclava, todo para mí, así que vas a descansar. Mañana te diré cuáles son las reglas de la casa, ¿de acuerdo?
- De acuerdo.
- Bien, querida.
Salgo con ella en mis brazos en el ascensor, subimos al 5to piso. En mi suite, hay una habitación justo al lado, la pongo en esa habitación. Esa habitación tiene una puerta que se abre a mi habitación, la deposito sobre la cama, le pido que cambie de ropa antes de dormir. Le ofrezco una lencería muy fina y sexy, ella la toma y se dirige hacia la ducha.
- ¿A dónde vas? Le pregunto.
- A cambiarme en la ducha.
- Quiero que te cambies aquí, frente a mí.
- Pero yo... yo...
Ella me mira buscando sus palabras. Le muestro el video, ¿quieres que algo le pase a tus padres?
- No, señor.
- Entonces desnúdate y ponte esto, digo.
Ella me mira, sus lágrimas caen, comienza a quitarse la parte de arriba (una camisa un poco grande para ella), en cuanto se la quita, veo su pecho demasiado apretado en un sujetador un poco pequeño para ella. Comienza a desabrocharse los botones de su pantalón. Ahora está en sujetador y un pequeño calzón.
Me siento en la cama, mi sangre hierve a una velocidad que supera la comprensión, mi sexo está muy tenso, estoy obsesionado con esta maravilla frente a mí, me hace salivar, separo las piernas para darle espacio a mi miembro que ocupa cada vez más lugar.
- Quítate el resto, digo con voz ronca. Ella duda, me mira con ojos suplicantes, apúrate, no tenemos toda la noche. Comienza a bajar las tiras de su sujetador, la contemplo saboreando el momento.
Se quita el sujetador y sus pechos saltan como dos globos aerostáticos, eyaculo abruptamente en mi calzón como un adolescente. ¿Qué demonios es esto? "Eyaculé como un adolescente". Ella está tan asustada que no se da cuenta de nada. Se quita rápidamente el calzón e intenta poner la nuisette. Termina de vestirse, sube a la cama y se cubre hasta la barbilla. Me siento a su lado y le digo, acariciando su cabello: - No te haré daño, a menos que me obligues a hacerlo, ¿de acuerdo? Si haces todo lo que te pido, tendrás una vida feliz aquí conmigo. Pero en caso contrario, te haré arrepentirte. Ahora duerme, mañana te despertaré y sabrás lo que tendrás que hacer aquí. Que duermas bien, mi ángel.
Ella me mira, se siente que tiene miedo y que me odia, pero eso no es mi problema. Tendré lo que quiero, es decir, a ella. Regreso a mi habitación, todo feliz porque sí, he ganado la batalla y la guerra, ella será mía, ya es mía y de nadie más. Paso una muy buena noche.
A la mañana siguiente me despierto muy feliz, tomo una ducha, me visto y voy a su habitación. Mi hermosa dormida, despierta, vas a ducharte, te espero aquí.
- Pero señor, no tengo ropa para cambiarme.
- Lo sé, no la necesitarás, vas a ducharte y regresas rápido. Ella va a la ducha para lavarse.
Sibelle
Estoy en la ducha y recuerdo todo lo que ha pasado desde anoche, me pregunto qué va a pasar conmigo. ¿Cómo me pudo pasar esto? ¿Qué va a suceder? Tengo tanto miedo.