Sibelle
Subo a descansar. Cabrón, sí quiero que te repitas, ¿quién se cree que es? ¿mi padre? Sube a descansar
¿Cree que tengo cinco años? Inhumano.
No te pierdes nada por esperar, crees que tienes el control, pasas el tiempo aterrorizando a todos, y llamas a eso poder, ¿qué poder? ¿eres feliz así? Eso no es vida, que todo el mundo te odie, vives encerrado, vigilado como un prisionero, eso no es felicidad.
Quiero lanzarle estas palabras a la cara, pero es imposible, sería un suicidio, prefiero guardármelo todo para mí, si aprecio mi vida, debo guardarme esto en la garganta.
Me acuesto directamente, la verdad es que estoy cansada, me duermo en cuanto mi cabeza toca el colchón.
Me despierta un movimiento, no sé, tengo la sensación de que no estoy sola en mi habitación, miro a mi alrededor y lo veo sentado en un sillón a mi cabecera, me incorporo y espero a que hable.
- Tardaste en despertarte. Sígueme. Me levanto y lo sigo, me conduce a la sala de las sesiones, mi corazón empieza a lati