Valentino, volvía de su viaje de negocios en Italia, seguido de Fiorella y su madre —que habían pedido incansablemente acompañarlo para pasar unos días libres de sus agendas—, cuando por fin llegaba a su habitación para descansar de los problemas que tanto le había costado poner en orden.
No obstante, había una duda que lo tenía dando vueltas y no había obtenido la respuesta, pero se prometió a sí mismo pensar en ello cuando tuviera la cabeza fría.
Sus jornadas habían estado llenos de frustraciones e ira, sin añadir que estaba descontento con Vittore, su hermanastro, por dejar sin resolver la mayor parte de las cuestiones y deberes para con las empresas instaladas allí.Lo que lo llevó a estar más días de lo planeado. Muchas de las instalaciones podrían decirse que estaban a punto de desmoronarse debido a la mala administración, les faltaba insumos, más personal, un cambio total de delegados que no habían hecho más que empolvar el nombre del Imperio De Lucca. Ninguno respondía correcta