Los días siguientes todo transcurrió de forma normal. Macarena actuó de forma natural, calmada. Durante las comidas, se enfocaba en conversar sobre temas triviales y luego iba hasta la habitación para trabajar un poco en su portafolio de fotógrafas digitales.
Sin embargo, la actitud de Lola, era algo que la incomodaba, en especial cuando la veía coquetearle a Jeremías y este se mostraba sonriente y hasta complaciente.
—¿Llevas tiempo conociendo a Lola? —preguntó la noche anterior al viaje mientras cenaban.
—Sí, desde que me fui a Ginebra. —contestó parcamente.
—Es muy bonita ¿no? —El tono de su voz reflejaba sarcasmo.
—No me he fijado. Pero si tú lo dices, debe ser así —suspiró.
—Quizás ella te ve de otra forma. —agregó.
Jeremías sonrió. Podía percibir que Macarena estaba celosa.
—Es una adolescente. Sólo me ve como a un hermano mayor —contestó con suavidad—. Sin embargo, no puedo decir lo mismo del fotógrafo amigo tuyo. Se nota que le gustas y mucho.
La morena frunció el ent