Macarena caminó hasta su habitación con el corazón encogido. El deseo de compartir con Arquímedes y su hijo la noticia de su nuevo empleo, se había frustrado ante la inesperada partida de aquel padre y su hijo.
¿Qué había sucedido? ¿Por qué se habían marchado de esa manera? ¿Tendría que ver con Miguel? Abrió la puerta de su habitación y se dejó caer en la cama. Se quitó cuidadosamente los tacones para no terminar de lastimar su pie. Había caminado varios kilómetros y con el roce del zapato se había formado una ampolla en uno de sus dedos.
Luego de quitarse aquellos tacones, masajeó sus pies con las manos. Se recostó del espaldar de la cama mirando todo a su alrededor con cierta melancolía. Aquel lugar era mucho más pequeño que su antiguo apartamento, pero no era eso lo que en realidad le entristecía, eran los recuerdos que volvían para hacerla sentir cada vez más sola.
Respiró con pesar, reviviendo en su mente su pasado reciente. Sus sueños de casarse con Lucas y aquel encuentro ín