Capítulo 27 - Charles Schmidt
Llegué a mi oficina con el alma revuelta. Apenas cerré la puerta, solté el maletín sobre el sofá y me dejó caer en la silla detrás del escritorio. Saqué el teléfono del bolsillo y marqué a mi padre. Necesitaba avisarle antes de que Amelia llegara con nuestro hijo.
—¿Aló? —respondió su voz grave.
—Hola, papá. Quiero avisarte que Amelia y el niño van rumbo a la mansión. El chofer los lleva ahora mismo.
Hubo un breve silencio al otro lado.
— ¿Estás seguro de esto, hijo?
Suspiré y apoyé el codo sobre el escritorio, pasándome la mano por el rostro.
—Sí, papá. Es por mi hijo. Él lo pidió… y no puedo negarle eso.
—Charles —dijo, pero lo interrumpí.
—Lo siento, papá. Es mi decisión. Solo quiero que la respetes.
—Está bien, hijo. Como tú digas. Pero quiero que sepas algo: Rebeca estuvo aquí.
Sentí un puñal en el pecho. Cerré los ojos unos segundos.
—Lo sé, papá. —Sé que fue a verte —murmuré—. Solo te pido que intentes llevarte bien con Amelia. Sabe que es la madre