Silvina no quería que los cosméticos permanecieran mucho tiempo sobre su rostro. Por muy reconocidas que fueran las marcas, no quería que ningún químico dañara al bebé que llevaba en el vientre. Por eso, se esforzó en desmaquillarse por completo, hasta quedar con el rostro completamente limpio.
Después de desmaquillarse, aprovechó para darse una ducha.
Ah... qué sensación tan reconfortante.
Al mirarse en el espejo, su abdomen seguía luciendo plano.
No tenía idea de cómo estaría creciendo su bebé.
Según lo acordado, al día siguiente le tocaba hacerse un chequeo prenatal.
Claro que ella jamás se habría atrevido a esperar que Leonel la acompañara.
Su plan era simplemente pedirle al chofer que la llevara al hospital.
Silvina preparó con anticipación todo lo necesario para el chequeo y se fue a dormir.
Durmió profundamente.
Aunque... algo le faltó durante la noche.
¿Dónde estaba su "bolsa de agua caliente"?
¿Acaso Janet se olvidó de ponerla?
Bueno, ya le preguntaría más tarde.
A la mañana