El motor rugía con fuerza cuando Dante salió del salón principal de la mansión, el teléfono aún vibraba en su mano. La pantalla mostraba un mensaje encriptado, enviado por uno de sus hombres, uno encargado de cuidar a Aurora
"La señora Aurora está en la casa del señor Francesco Greco. Estamos con Giuseppe y otros. Parece que quiere recuperar lo que era de su familia. Vittorio la tiene bajo vigilancia."
Dante apretó la mandíbula, sus ojos se tornaron oscuros como la noche. No necesitaba más detalles. Sabía perfectamente lo que eso significaba. Aurora había actuado por su cuenta. Otra vez.
—¡Alonzo! —bramó con furia, recorriendo el pasillo como un huracán.
Alonzo apareció en la puerta con paso firme, sus ojos ya sabían que algo grave pasaba.
—¿Qué ocurre?
—Aurora está en casa de Vittorio. Fue con Giuseppe, Bianca y hombres armados. ¡Ese bastardo la tiene rodeada!
Alonzo no preguntó más. Corrió hacia el garaje junto con su hermano. En cuestión de segundos, varias camionetas negras se pu