72. La Confrontación en la Clínica
El silencio en la sala de espera se volvió denso después de que Max desapareciera por el pasillo siguiendo al Dr. Morales. Carmen revisaba una vez más sus documentos, Camila tecleaba furiosamente en su portátil preparando el informe financiero, y yo me debatía entre la ansiedad de no saber qué estaba pasando y la satisfacción de saber que finalmente la verdad estaba saliendo a la luz.
—¿Cuánto tiempo crees que necesitará? —preguntó Camila sin levantar la vista de la pantalla.
—Depende de qué tan bien actúe Isabela —respondí—. Ella es experta en manipulación, pero Max ahora tiene información que ella no sabe que él posee.
Carmen cerró su maletín y se recostó en la silla.
—En mi experiencia, cuando los pacientes como Isabela se sienten acorralados, pueden volverse impredecibles. O se derrumban completamente o duplican sus mentiras.
Pasaron veinte minutos antes de escuchar pasos rápidos en el pasillo. Max apareció con el rostro descompuesto, como si hubiera visto un fantasma.
—¿Qué pasó?