71. El Verdadero Enemigo
El trayecto hacia la clínica se sintió interminable. Cada semáforo, cada curva de Madrid parecía conspirar para retrasarnos mientras Max me esperaba con Isabela, sin saber que yo tenía en mis manos todas las pruebas de la traición más profunda que había experimentado en mi vida. Carmen iba sentada a mi lado, aferrando su maletín con las evidencias, mientras Camila conducía con tensión.
—¿Está segura de que quiere enfrentar esto ahora? —preguntó Carmen, rompiendo el silencio—. Una vez que revele toda la información, no habrá vuelta atrás.
—Ya no hay vuelta atrás —respondí—. Isabela cruzó esa línea hace mucho tiempo. Yo solo me estoy dando cuenta ahora.
Mi teléfono vibró con otro mensaje de Max: "Lorena, por favor, ven pronto. Isabela está actuando de manera extraña y los médicos están preocupados."
Compartí el mensaje con Carmen, quien frunció el ceño.
—Típico de ella. Cuando se siente acorralada, finge una crisis médica para generar compasión y controlar la situación.
—¿Cómo es posible