Tres días habían pasado desde el encuentro en la clínica. Tres días en los que el papel con el número de Elena había permanecido oculto en el cajón de su mesita de noche, quemando como carbón ardiente cada vez que Valeria lo veía.
No debería llamar. Lo sabía. Elena era el enemigo, una manipuladora que había trabajado con Iván. Pero las palabras que había dicho en el pasillo de la clínica resonaban en su mente como campanas que no dejaban de repicar.
"Él te está cambiando. Pronto no reconocerás a la mujer en el espejo."
Valeria se miró en el espejo de su habitación. La mujer que le devolvía la mirada tenía ojeras profundas, su piel había perdido ese brillo que alguna vez tuvo, y había algo en sus ojos... algo apagado. Como si una luz se hubiera extinguido lentamente.
Aleksandr había mantenido su distancia desde aquella noche. Dormía en otra habitación, la saludaba cortésmente durante las comidas, preguntaba por el bebé con genuina preocupación. Pero había un muro entre ellos ahora, uno