Me cambio la camisa por una camiseta de manga larga y busco una chaqueta de cuero negra, salgo de la habitación tratando de hacer el menor ruido posible, bajo por la mirando escalera hacia la sala, para ver que no me vea nadie, y me encamino hacia la cocina para salir por la puerta de atrás.
Llego al auto y agradezco en silencio al que inventó las llaves de repuestos, para los que se las olvidan; yo no me las olvidé, las tiene Alex, ya que él fue quien me trajo desde la casa de mi mamá. Lo único que espero es que este idiota me lleve con mi hija, o al menos hable, porque lo mato sin pensarlo dos veces.
La casa está a oscuras, debe estar durmiendo, eso me lo hace más fácil; localizar con la guardia baja me va a facilitar el sacar información. Voy por la puerta de atrás a buscar la llave extra, espero que todavía la deje escondida en el mismo lugar, a pesar de mi intromisión de la vez pasada.
¡¡Bingo!!
—El muy idiota todavía deja la llave acá.
Entro sigilosamente y no lo veo por nin