—Lina? —la llamo con delicadeza conforme abro la puerta. No responde, y tampoco está en su cama; la busco en el baño y no está, mi garganta empieza a quemar, tengo un mal presentimiento sobre esto. Bajo a la cocina y tampoco está allí. Mi respiración se agita, mi pecho sube y baja con velocidad, mi garganta está hecha un nudo, ella no está por ningún lado; se fue, y quién sabe a dónde. Recobro la razón y salgo corriendo a la sala—. Lina no está —anuncio con la boca seca.
—¿Cómo qué no está? —inquiere Lucas, levantándose.
—No está, la busqué por toda la casa y no hay rastros de ella.
—No —murmura, tocándose el pelo. En eso sale corriendo a la habitación de Lina y yo lo sigo. Al entrar, se dirige directo al armario, parece estar buscando algo—. M****a —vocifera junto a una caja abierta; la miro y... Dios, hay un estuche de balas. ¿Qué fue hacer? Espero que no le pase nada. Las cosas ya son lo suficientemente malas como para sumarle más locura a todo esto.
—Se fue a buscarlo sola —anuncia Gaby a mi espalda.
—Erik, ¿qué fue lo que te dijo? —le interroga a Lucas.
—Que se sentía mal, que le dolía la cabeza e iba a dormir un poco.
—Erik, ¿de qué hablaron?, piensa bien qué fue lo que te dijo —insiste.
—Me disculpé, ella dijo que no había problema...
—No tenías que disculparte —refunfuña Sole.
—Suela —le advierte Gaby.
— ¿Qué más? —apremia Lucas.
—Le dije que no quería decir eso; me dijo que tenía razón, que ella era igual a ese tal Dany —Cierro los ojos con fuerza, ella se siente terrible con todo esto, y estoy seguro de que se culpa; en su posición, de seguro habría perdido la cabeza hace rato —. Le hice ver que no eran iguales, que ella tenía gente que la quería, su familia, sus amigos, y que Dany no tenía amigos, que estaba solo...
—Dany no está solo —suelta de pronto Lucas.
—Rafa —gruñé Gaby. «¿Quién m****a es Rafa?»
–¿De qué hablan? —pregunto.
—De adónde fue Lina; Vamos, antes de que haga alguna locura —nos apura Lucas.
—Tú, te quedas —le ordena Erik a Sole, mientras salimos de la habitación.
—No —niega ella.
—No discutas; te quedan, y no lo voy a repetir —manifiesta con severidad.
—¿Sabes usarla? —me pregunta Lucas mostrándome un arma. Asiento aceptándola y la guarda en mi cintura. Luego hace lo mismo con Erik. Corremos escaleras abajo y nos adentramos al auto. Lucas sube de piloto, yo de copiloto, Erik y Gaby atrás.
Miro a este último un instante y lo noto tenso, con el ceño fruncido, y la verdad es que desde que lo conozco solo dos veces lo he visto así, siempre se muestra relajado y con su sonrisa característica de don Juan; pero es entendí-ble que se encuentre de esa manera, su amiga está en peligro, mi mujer está en peligro. En cuanto tenga a ese tal Dany enfrente voy a matarlo por hacerle pasar por esto a mi mujer ya su hija; por Dios, es solo una niña, ¿cómo puede hacer esto, y más, siendo su padre?
— ¿Quién es ese tal Rafa? —quiere saber Erik.
—Es un aliado de Dany, es el que le consigue todo lo que necesita; el muy idiota casi siempre sabe lo que pasa con estos hijos de putas —responde Lucas con fastidio.
—¿Y Lina fue a buscar a alguien así? —pregunta—. ¿Y sola? —Vuelve a hablar sin esperar respuesta, y sin poder creer lo que mi mujer está haciendo.
-Si.
Yo aprieto mis manos en puños, tan fuerte, que mis nudillos quedan blancos; no me salen las palabras y mi garganta no deja de quemarme, la siento cerrada, como si tuviera un bloque de concreto; Siento todo mi cuerpo tenso, de tal manera que ya comenzó a dolerle los músculos.
—Lina es así —comienza a hablar Gaby—, ella no le teme a nada; es muy temeraria.
—Es una inconsciente —refuta Lucas, golpeando el volante. Yo sigo con la mandíbula tensa, y apretando mis dientes y puños, temeraria o inconsciente, sigue siendo una completa locura actuar de esa forma, era muy consciente de demencia, pero no sabía de su grado; Siento que Lucas me mira—. Va a estar bien, sabe defenderse —dice, y creo que no lo hace solo para convencerme a mí, sino a él mismo también.
En cuanto llegamos Gaby se apresura a hablar.
—Vamos por atrás, Lina dijo que él siempre deja una llave para su hermano.
Todos asentimos y lo seguimos. Al llegar vemos que la puerta está unos centímetros abierta y entramos con cuidado, está todo oscuro y en silencio, esto me hace poner más nervioso, no creo que sea bueno. Se escucha un gemido al final del pasillo y corremos hacia allá. En cuanto llegamos veo.... Oh, no, esto no puede ser. Hay un hombre en calzoncillos esposado sobre la cama, golpeado y gimiendo de dolor.
—¿Dónde está Lina, Rafa? —pregunta Lucas. «Así que esta lacra es ese Rafa»
—Desátenme —gime el tipo.
—Maldito imbécil. ¿Dónde está? —grazno, lanzándome sobre él y agarrándolo del cuello.
—Se fue a buscar a ese novio suyo —lloriquea.
— ¿Qué novio? —inquiero, apretando más.
— ¿Quién te piensas que le dijo a Dany dónde encontrar a la niña? —escapar.
—¿El barman?
—¿Sebastián? — dice al mismo tiempo Lucas.
—Sí, ¡ahora suéltenme! —grita, sacudiéndose de mi agarre—. Él lo mantuvo al tanto a Dany sobre dónde ella trabaja, dónde vive, y dónde está su hija. Dany siempre supo todo sobre Lina —Me mira—, y sobre ti —Sin poder aguantarme, le propino un puñetazo que lo deja inconsciente.
—Vamos —ordena Gaby.
Me había comportado como un hombre, a pesar de que, desde que lo conocí aquella noche no me gustaba en absoluto, había algo en él, en su mirada que gritaba que estaba mal, que debía golpearlo, sin embargo, me mantuve a raya, me comportaba como un hombre, como el hombre que Lina necesita a su lado. Hoy, el hombre que necesita es uno sin trajes y con guantes de boxeo. Hoy necesita que este a la altura de la situación.
—Voy a matar a ese idiota —gruño conforme salimos de la casa.
—Ponte en la fila —esboza el morocho.
—Nunca me gustó ese imbécil —demanda Lucas.
Subimos al auto y mis nervios aun no cesaban, ella está a un paso delante de nosotros y no veo que esto sea bueno; Esa idiota del barman se mostró bastante violento cuando estuvo en su casa, y todo este tiempo que estuvo con ella solo estaba pasándole información a Dany. Lina está siendo imprudente, no está pensando, esta siendo pasional y actuando con rabia, puede que en su lugar también actuaría de la misma manera, puedo comprenderla, pero no significa que tema por su integridad, o por su vida... No, no pienses así; Ella es fuerte, no va a salir lastimada. Vas a estar bien, vamos a salir de esto, te prometo que vamos a encontrar a Aye y vamos a ser una familia.
—¿Estás bien? —pregunta Erik, sacándome de mis pensamientos. Me limito a asentir y vuelvo a clavar mi vista a un punto imaginario.
Al cabo de diez minutos llegamos a una casa, la de ese barman; nos bajamos y corremos hacia la puerta, la cual, al igual que la de Rafa, se encuentra abierta. Lucas la golpea y se abre rebotando contra la pared, corremos al interior y vemos que todo el lugar está revuelto; Se escucha un sollozo y corremos hacia allí. Esta imagen no es la que esperaba ver; La verdad, no sé qué es lo que realmente esperaba, pero en definitiva no era esto.