A los días tengo todo organizado, sé cuál es su punto débil, y para su desgracia, es mi mejor virtud; ahora falta convencerla, y estoy seguro que si le toco el ego, la tengo donde quiero.
Me estoy dirigiendo a su trabajo, la tengo que enganchar con la guardia baja, y además hacer que se vaya temprano a casa, para salir mañana mismo.
—Hola, Sofi, ¿y Lina? —hablo, apenas llego al mostrador, donde Sofi se encuentra sumida en un libro.
—Está en su oficina, está buscando personal.
—¿Personal? —pregunto desconcertado.
—Sí, es que me voy por unas semanas, y está buscando alguien que me reemplace durante ese tiempo —me aclara.
—¿No vas a estar en la boda de Erik y Sole? —pregunto.
—Sí; bueno, espero llegar antes de la boda. Pero seguro que sí, no me la quiero perder —entona emocionada.
—Esperemos que sí —Asiento y miro hacia la oficina de Lina—. Voy a hablar con ella.
Al llegar a su puerta golpeo tres veces y escucho que grita que pase. Entro, mostrando mi gran sonrisa, y sonríe al verme.
—Al