Comenzo a abrir los ojos con dificultad, la verdad es que no dormí casi nada; Tuve una maratón de sexo, y sabe Dios que no me quejo, pero no quiero levantarme tan temprano. De todas maneras, otra no me queda; hoy es el funeral del padre de Lucas y tengo que estar ahí; Además, tengo que llevar a Aye a la casa de mi mamá.
Respiro profundamente, va a ser un largo día. Siento que Alex aún está dormido, tiene un brazo pasando sobre mi cintura aferrándome a él y sus piernas entrelazadas con las mías, me giro y contemplo cómo duerme; su respiración es tranquila y sus rasgos están relajados, en estos momentos parece más joven de lo que realmente es.
Me dispongo a levantarme con mucho cuidado para no despertarlo y, cuando me siento sobre el borde de la cama y pongo los pies en el piso, lo escucho hablar.
—Vuelve a la cama —dice, llevándome de nuevo hacia él.
—Ganas no me faltan. Pero hoy es el día del funeral, ¿recuerdas?
—Sí —suspira—. ¿Nos duchamos juntos? —indaga, moviendo las cejas diverti