Capítulo 60-Alex

La beso dulcemente en los labios y luego de a poco voy haciendo más intenso. Ella suspira en mi boca, haciéndome sentir su aliento caliente, lo cual manda una sacudida por todo mi cuerpo. Me toma del cuello y prácticamente es ella la que me devora la boca. Hoy pienso hacerle el amor, pienso hacerla sentir todo lo que siento por esta mujer, quiero que sepa que todo lo que le dije es verdad, que no son solo palabras; desde hoy empiezo a demostrarle que mis sentimientos hacia ella son verdaderos, que inesperadamente se coló en mí hace un tiempo en Alemania, y ya nunca jamás salió «y para ser honestos, tampoco quiero que salga»; es la primera mujer que hace que me sienta vivo y que hace que sienta cosas que jamás había sentido antes. Es la única mujer que hace que mi corazón dé latidos incontrolables, la única que hace que mi corazón deje de latir por segundos, que hace que olvide cómo respirar cuando me pierdo en su boca, o en sus hermosos ojos grises como la plata.

Con las yemas de mis dedos acaricio sus pechos, y con una lentitud calculada voy bajando por sus caderas hasta llegar a su muslo, apretándolo; Abro sus piernas y las llevo alrededor de mi cintura. Al sentir su sexo húmedo y caliente sobre mi pene, este tarde con más fuerza. Me llevo el pezón izquierdo a mi boca y lo trazo con mis dientes para después succionarlo y deleitarme con el gemido que ella me regala un cambio; el efecto que tuvo ese acto sobre sus pechos fue inmediato. Cuando su sexo se empapó pude sentir cómo mojaba mi pene, y empecé a frotarlo por la hendidura de su vagina; Lina comenzó a moverse con más rapidez sus caderas, buscando calmar su ansiedad, pero no le di el gusto. Primero quería deleitarme con su otro pezón.

-Alex-jadea.

-¿Qué, ángel? ¿Dime qué quieres? -le digo con la voz entrecortada.

-Te quiero dentro -suplica.

Con una sonrisa la miro a los ojos, poniendo mis manos alrededor de su cabeza, y con suavidad y delicadeza la penetro lentamente; Hago uso de toda mi fuerza de voluntad para no cerrar los ojos, por el sentimiento que me embarga al sentirla nuevamente rodeando mi piel. Quería verla en el momento justo en que entró en ella, y quiero que ella también me mire; Quiero ver cómo sus pupilas cambian de color.

-Mírame -le pido-; por favor, no cierres tus ojos -le ruego, saliendo un poco de ella, pero todavía manteniéndome dentro.

Hace lo que le pido y abre sus hermosos ojos, mirando directamente a los míos, y puedo verme reflejado en ellos; También puedo ver como sus pupilas se dilatan, mientras entra de nuevo. Cuando llega a la cima, puedo observar como sus ojos ya son casi azules y sus labios están entreabiertos; otra vez me pierdo en su mirada.

-Alex -susurra mi nombre, haciéndome volver a la realidad.

-Ángel, tus ojos son mi perdición.

La beso apasionadamente y comienzo mis embestidas, haciendo chocar nuestras caderas fuertemente, y la aprieto clavándole los dedos en los muslos; Sé que voy a dejarle cardenales, pero me está volviendo loco con sus movimientos de caderas y la forma en que contrae los músculos internos de su vagina, sin contar que me está clavando las uñas en la espalda y eso calienta aún más mi sangre. Siento que me quemo por dentro, ella muere mi labio inferior y después lo succiona. Cuando lo suelta, el beso con fuerza, invadiendo por completo su boca con mi lengua, yendo a cada recoveco, llegando a cada rincón; acoplo los movimientos bruscos de mi lengua con mis embestidas y puedo sentir como su cuerpo también comienza a arder; Percibo que está por venirse, entonces, pasa una mano entre nosotros hasta llegar a su clítoris, comienza a masajearlo y frotarlo sin dejar de mover mis caderas de adentro a fuera y de manera circular. Su botón rosado está duro, y seguramen-te adolorido, lo masajeo en forma circular al igual que mis embestidas y lo presiono; Ella empieza a convulsionar ya gritar mi nombre, pero yo no paro de mover mi dedo en su clítoris, ni tampoco de mover mis caderas. Cuando su cuerpo se está calmando apuro mis arremetidas para alcanzar la gloria en su interior.

Hicimos el amor tres veces más; en la bañera, contra la pared, y de nuevo en la cama. Me tomé todo el tiempo para recuperar "nuestro tiempo perdido"; irónico, ¿no? Me dediqué a ella, pidiéndole perdón en cada acto por todo lo que dejamos pasar.

Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App