La beso dulcemente en los labios y luego de a poco voy haciendo más intenso. Ella suspira en mi boca, haciéndome sentir su aliento caliente, lo cual manda una sacudida por todo mi cuerpo. Me toma del cuello y prácticamente es ella la que me devora la boca. Hoy pienso hacerle el amor, pienso hacerla sentir todo lo que siento por esta mujer, quiero que sepa que todo lo que le dije es verdad, que no son solo palabras; desde hoy empiezo a demostrarle que mis sentimientos hacia ella son verdaderos, que inesperadamente se coló en mí hace un tiempo en Alemania, y ya nunca jamás salió «y para ser honestos, tampoco quiero que salga»; es la primera mujer que hace que me sienta vivo y que hace que sienta cosas que jamás había sentido antes. Es la única mujer que hace que mi corazón dé latidos incontrolables, la única que hace que mi corazón deje de latir por segundos, que hace que olvide cómo respirar cuando me pierdo en su boca, o en sus hermosos ojos grises como la plata.
Con las yemas de mis