Capítulo 48-Lina

—Cálmate amigo, dime que te dijeron —pide Gaby, susurrando.

—Hubo un accidente, un borracho chocó contra él —dice, soltándose de nuestro agarre. —. Tengo que ir a Estados Unidos a buscar su cuerpo —cuenta, parándose y encuadrando sus hombros; Ahí estaba el hombre fuerte, ese era Lucas.

— ¿Qué hacia allá? —pregunta.

—Estaba visitando a un amigo suyo, que trabaja para los federales —contesta con la mirada ausente.

¿Y cuándo te vas? —quiere saber Gaby.

—Irse, ¿adónde? —pregunta Sole, entrando a la sala con los cafés.

—Mañana por la mañana, tengo que traerlo lo antes posible —responde, ignorando la pregunta de Sole.

—Yo te acompaño —anuncia Gaby.

—Yo también —hablo rápidamente, sin pensar; no necesito hacerlo cuando se trata de Lucas o de alguno de ellos.

—A dónde van?, ¿alguien me puede decir de qué m****a están hablando? —demanda Sole, un poco ofuscada porque nadie le decía nada.

—El padre de Lucas falleció, tenemos que ir a Estados Unidos —le aclara Gaby.

A Sole se le cortó la respiración.

—No, no "tenemos"; Voy a ir solo —exige Lucas.

—No vas a ir solo, no te vamos a dejar solo en este momento —espeto.

—No van a venir; Y tú, Lina, tienes tus propios problemas.

—No me importa; nunca me dejaste sola en un mal momento, y yo no lo voy a hacer en el tuyo —aseguro decidida; no se va a escapar, no va a pasar por esto solo.

—Dije que no, no insistan —endosa con voz firme.

—Lucas Reinoso, vamos a ir, te guste o no; y no me vengas con estupideces. Vamos a estar todos juntos, como siempre fue, ¿ok? —cuando Sole te dice tu nombre completo es porque está enojada, y decidida; hagas lo que hagas, digas lo que digas, no va a cambiar de parecer, y es mejor hacer lo que dice.

—Lina no puede venir; ella tiene que quedarse con Aye, y más ahora —explica Lucas, con la cabeza hacia abajo, resignándose.

—Ayelen va a ir con nosotros; le va a encantar viajar, y la voy a tener vigilada —él empieza a negar con la cabeza antes de que termine de hablar—. Lo voy a hacer, no me vas a detener, Lucas —afirmo, y amenazo también.

—Lucas, sabes que vamos a acompañarte; Aye va a estar bien con todos nosotros juntos, y tú necesitas nuestra compañía —razona Gaby.

—Bien; hay que preparar, mañana al mediodía nos vamos —entona, resignado, ya no puede hacer nada contra nosotros.

—Yo voy a sacar los pasajes por Internet —anuncia Sole.

—Yo voy a avisar a todos los del resto que va a estar cerrado por unos días —aviso.

—Bien; Yo voy a encargarme de tu familia, Lina. Voy a reforzar su custodia ya decirles lo que pasa —me hace saber Gaby.

—No digas nada sobre Dany, por favor; No quiero que se preocupen. Ahora más que nunca tengo que mantener una distancia con ellos.

—No te preocupes —me asegura.

A las horas, Lucas y Gaby fueron a armar sus maletas, dejándonos con custodios dentro y fuera de la casa. Sole y yo también hacemos nuestras maletas; la mayoría de la ropa que estaba empacando era suya, y muy poca mía. No sé para qué tanta ropa, solo nos vamos tres o cuatro días.

Luego bajamos por café y suena el portero de la casa.

—¿Sí? —atiendo.

—Señora, disculpe, pero hay un tal Sebastián Acosta que quiere verla; Dice que es su novio —habla del otro lado del interlocutor uno de los custodios, y estoy segura que es uno de los que trajo hoy Lucas, porque no conoce a Seba.

—Sí, que pase. Gracias —me dirijo a abrir la puerta, Seba entra y me besa; se lo veía confundido.

—¿Por qué hay tantos custodias?

—Tenemos que hablar —demando, sin responder su pregunta.

— ¿Cómo estás, Sole? —saluda, cuando ella se acercó a nosotros.

—Bien —se limita a decir, tomando su café.

—Seba, mañana temprano tengo que irme; nos vamos todos nosotros —digo sin más.

—Lina, ¿qué está pasando? —indaga con el ceño fruncido.

—El padre de Lucas falleció, vamos a Estados Unidos a traer su cuerpo; solo van a ser cuatro días como mucho —le explico.

—Y ¿por qué tienes que ir con él? No lo entiendo —masculla.

—Porque es mi amigo y es lo que hacemos, si uno nos necesita, estamos todos con quien nos necesita —le aclaro, quizás un poco irritada; No me gusta que me cuestionen, y menos cuando se trata de mis amigos.

—Y ¿por qué tanta custodia? –observa a su alrededor— Y tu casa, parece que la acaban de reconstruir.

—Un ataque de furia, nada importante —responde Sole en mi lugar.

Estaba hablando con Seba con respecto al viaje, cuando llegaron Lucas y Gaby, éste último lo saluda, pero Lucas pasó de él; Nunca le gustó. Desde que empezamos a salir, le buscó todos los contras, dice que simplemente no le cae bien, y mucho menos confía en él.

Seba, al darse cuenta de que Lucas estaba siendo más hostil que de costumbre, entendió que era por su padre, y decidió irse a casa.

—No me gusta el idiota ese —espeta, luego de que Seba se fuera.

—Ya lo sé —expreso suspirando.

—Creo que será mejor que vayas a descansar un poco —le sugiere Sole.

—No estoy cansado.

—Todos tenemos que descansar, mañana hay que estar en buen estado, va a hacer un largo día —declara Gaby.

—Voy a ver a Aye —aviso.

—Li —me llama Lucas.

-¿Si?

—Lo siento —habla con un tono más calmado.

—No estás solo, Lu —le hago saber antes de dirigirme al cuarto de mi hija.

Luego de cerciorarme que mi hija está bien y que se acueste a dormir, voy hacía mi habitación, ahí me encuentro a Sole con su celular en la mano.

—¿Qué haces?

—Le avisaré a Erik que voy a estar mañana allá —responde.

—Bien; Voy a dormir, ve a hablar al baño. —le pido.

No quiero escuchar su melosa conversación. Hoy no, no necesito eso; No necesito todo eso de Romeo y Julieta.

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP