—Vamos, Sole, te está llevando ventaja el río por goleada —le grito, mientras la veo caer una y otra vez de esa tabla.
Ella estaba disfrutando mucho de sus caídas, ya que Erik la subía de nuevo. Estaba feliz por los toques de aquel chico. Y yo tratando de esquivar a Alex, gritándole estupideces a ella.
—Déjala tranquila —me dice Alex suavemente.
—Pero si es muy tierna cuando se enfada —arrugo las cejas y la nariz, haciendo que él ría.
—Tú también eres muy tierna cuando te enfadas, ángel.
-No; créeme, no te gustará verme enojada.
—Ya te he visto enojada —refuta, seguro de lo que dice.
—Nop. Solo me viste alterada, no enojada —retruco.
—Estabas roja como un tomate, tenías los puños cerrados clavándote las uñas, y eso sin contar el derechazo que le diste a aquel tipo en el bar... ¿Eso no es estar enojada? —pregunta, confusa y divertida a la vez.
—Como dije, solo me viste alterada —me rio al ver la mueca que hace.
—Siendo así, voy a tratar de nunca hacerte enojar.
—Buen chico —canturreo,