ARIA
De regreso en la mansión. Apenas cruzo la puerta, siento su presencia.
Nikolai está ahí, de pie, con su postura rígida y su mirada intensa clavada en mí. Su expresión es una mezcla de rabia, frustración y algo más… algo que no quiero descifrar.
No me da tiempo de hablar antes de que su voz se alce en el aire.
—¿Dónde demonios estabas?
No me inmuto.
—Fuera.
—¿Fuera? —su tono es peligroso—. ¿Te largas sin decir nada, en plena noche, en un país donde no conoces a nadie, y solo dices "fuera"?
Me cruzo de brazos.
—No es asunto tuyo.
Su mandíbula se tensa.
—Todo lo que tenga que ver contigo es mi asunto.
—¡No, Nikolai! —grito con el corazón en llamas—. ¡No tienes derecho a decirme eso cuando me mentiste todo este tiempo!
Él frunce el ceño, molesto.
—Nunca te mentí.
—¡Tuviste la oportunidad y no me lo dijiste! —mis ojos arden de furia—. ¡No hablaste, Nikolai!
Un silencio pesado cae entre nosotros. Sus ojos me buscan, pero yo ya no quiero verlo.
Me paso las manos por el rostro y respiro