NIKOLAI MALISHEV
Nunca había entendido por qué la gente lloraba en las graduaciones. Parecía una pérdida de tiempo… hasta que la vi a ella.
De pie, con la toga encima de su vientre abultado. Con mi nombre en los labios de todos.
Con la mirada brillante y el orgullo en el pecho.
Aria. Mi esposa. La única persona que había sido capaz de torcer mi destino. De amarme sabiendo quién era. De crear vida en medio de mis ruinas Estaba sentada en la segunda fila, con Azriel a un lado (su mirada me taladraba como si fuera a matarme si la hacía llorar), su madre a su izquierda con una sonrisa en su rostro y Darya… Darya sonriendo con algo que parecía ternura genuina. Vaya jodida coincidencia que estuviera en la ciudad ese día.
Pero mis ojos solo podían mirar a una.
Aria caminaba hacia el escenario. Sus pasos eran lentos pero firmes. No por debilidad.
Sino porque dentro de ella estaba esa pequeña criatura que me había dado sin pensarlo dos veces.
Cuando dijeron su nombre, la ovación fue in