NIKOLAI
No toco la comida. No puedo hacerlo, necesito arreglar este problema. Dejo aún lado la servilleta, me pongo de pie pero antes de cruzar a Andrei se le ocurre abrir la boca.
—Solo espero que madre no se moleste por una niña y por tu capricho — hablo poniéndose de pie y enfrentándome —. No tolero los problemas insignificantes que llegan a separar a la familia.
—Estás cruzando los límites de mi paciencia —sisee entredientes —. Si no fueras mi hermano te hubiera clavado un cuchillo en la garganta — él sonríe plácidamente —. Te lo advierto, no te metas en mis asuntos. Es la última vez que lo hago, porque no me importara que seas de mi sangre el día que alargues tu lengua.
Darya ríe a carcajadas, el rostro de Andrei se transforma a uno completamente serio.
—¿Qué harás si te digo que…— ladea su cabeza hacia un lado — la quiero para mí?
—Eso no pasará, te lo aseguro — tomó el abrigo que una sirvienta trae nerviosamente notando la tensión entre nosotros —. Porque ella no te elegi