Los días habían pasado, y Jezabel se volvía cada vez más arrogante en la empresa, como era de esperar, los comentarios en la empresa y de clientes que frecuentaban sus servicios y los de John, eran cada vez más molestos.
Odiaba, nunca en su vida creyó que odiaría tanto a alguien o a tantas personas de esa manera, estaba tan harta y cansada que no anhelaba más que desaparecerlos de su vida de una vez por todas, John tenía razón, eso debía terminar, por su bien y el de su bebé. Mariano que también tenía días comportandose como un verdadero idiota, se sentía muy complacido cuando veía a Isabel ser miserable, ella era una descarada con cara de mustia, se revolcaba con john cada que podía y todavía tenía el descaro de hacerlo ver como un repulsivo infiel.
Estaba completamente decidido a hacerla sentir miserable el resto de su vida por engañarlo de esa manera tan vil, además, era algo natural en los hombres, ¿no?
Aún si así fuera, nadie podría tomar su lugar o representar a la familia, ¿