Analisse
Abro los ojos con dificultad. Siento algo pesado encima de mí. Al enfocar bien la vista, me sobresalto al ver a Leonard recostado junto a mí. Su brazo envuelve mi cintura con una familiaridad que me deja desconcertada. ¿Qué hace aquí? ¿Cómo terminó en mi cama?
Lentamente bajo su mano con cuidado, intentando no despertarlo. Se remueve un poco, y entonces lo noto: huele levemente a alcohol. Seguro está borracho… o al menos lo estuvo. Tal vez se equivocó de habitación. Sí, eso debe ser.
Lo observo por un momento en silencio. La tenue luz del amanecer ilumina su rostro, y tengo que admitirlo… se ve increíblemente guapo. Ese maldito hombre podría tener a cualquier mujer que quisiera. De hecho, muchas ya han caído rendidas a sus pies. Todas… menos yo. Porque yo no soy de su mundo, como él mismo me lo ha repetido tantas veces. Soy de una clase baja, una simple empleada, una pobretona según sus estándares.
Con un suspiro, intento levantarme, pero sus brazos me atrapan de nuevo.
—No t