C58: Por aquí ronda una bestia salvaje.
Cuando Dorian finalmente dejó atrás el territorio de Varhallaw, acompañado por un grupo de guerreros curtidos, su única misión era encontrarla. El mundo fuera de sus tierras era vasto, pero él no tenía intención de perderse en él.
Siguió su rastro como un cazador tras su presa, con los sentidos agudizados al máximo, con cada músculo de su cuerpo preparado para lo peor. No podía permitirse perderla de nuevo.
Los primeros rastros fueron débiles. Trozos de tela enganchados en las espinas de los arbustos, marcas en la tierra que sugerían que alguien había pasado por ahí recientemente. Luego, un aroma familiar. Débil, pero inconfundible. Somali había estado ahí.
Luego, siguieron las huellas hasta que llegaron al río.
Dorian se detuvo en la orilla, observando el flujo del agua con el ceño fruncido. Había algo mal.
Las huellas llegaban hasta el borde, pero no había rastro de regreso, sino que las huellas terminaban allí, como si hubiera saltado.
¿Por qué haría algo así?
El agua era traicione