El titular del periódico digital parecía brillar con malicia en la pantalla del teléfono de Mariana: "EXCLUSIVA: EL MATRIMONIO DE LA VEGA, UNA FARSA EMPRESARIAL". Debajo, un subtítulo aún más demoledor: "Fuentes cercanas confirman que el enlace entre el magnate Alejandro De la Vega y Mariana Fuentes es solo un acuerdo comercial para salvar la empresa familiar de ella".
Mariana sintió que el suelo se desvanecía bajo sus pies. Sus dedos temblaban mientras deslizaba la pantalla para leer el resto del artículo, plagado de "fuentes anónimas" y "personas cercanas a la pareja" que detallaban con precisión inquietante los términos de su acuerdo matrimonial.
—¿Cuándo pensabas decírmelo? —La voz de Alejandro la sobresaltó. Estaba en el umbral de la habitación, con su propio teléfono en la mano y una expresión que Mariana nunca había visto antes: no era ira, era algo peor. Decepción.
—Acabo de verlo —respondió ella, con un hilo de voz—. No tenía idea...
—Esto es exactamente lo que intentábamos e